Por Bernarda Ortiz
El trabajo remoto es una realidad para la gran mayoría de empresas y organizaciones. Sin embargo, a medida de que las medidas restrictivas se han ido levantando y las personas se adaptan a usar siempre la mascarilla y a mantener la distancia física, más y más organizaciones regresan al trabajo presencial.
Trabajar desde casa cuando la oficina estaba cerrada fue un reto al que muchos nos hemos acostumbramos, pero el teletrabajo se pone de nuevo a prueba cuando las oficinas empiezan a abrirse. No hay una receta exitosa para el teletrabajo, este responde a la naturaleza de la organización, a su cultura corporativa, a su dinámica de trabajo, incluso a la composición de su equipo.
Hay empresas que optaron por un modelo híbrido, regresar de manera presencial con un porcentaje de su equipo. Otras, como empresas tecnológicas, han visto buenos resultados en el modelo de trabajo remoto y consideran mantenerse así por tiempo indefinido. Mientras que hay organizaciones preparándose para un retorno presencial gradual, segmentado y completo.
Algo que ha puesto en evidencia la pandemia, es que no todos los colaboradores tienen los mismos recursos para trabajar desde casa, ni las mismas responsabilidades familiares para equilibrar su tiempo personal con el laboral. Por lo que en cualquiera de los tres escenarios, el liderazgo, la flexibilidad, la empatía y la comunicación, serán esenciales.
